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¿Y si una rumba voladora purificase el aire que respiras?

La sevillana Tales Tech ultima la comercialización de un dron que limpia el aire de fábricas, oficinas, viviendas y ciudades enteras en tiempo real. Además, ofrece una línea de productos sostenibles para la construcción y fabrica sus propios sensores. “Queremos edificios saludables como árboles”, dice su CEO.
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Talestech, foto del equipo

La revolución de la salud ha empujado a la humanidad a revisar verdades anteriormente absolutas a una velocidad de vértigo. La OMS se ha convertido en una de esas instituciones, señalando fallos clamorosos y estimulando a empresas como la andaluza Tales Tech a solventarlos.

Casi nadie sabe, por ejemplo, que el aire de un hogar o una oficina está tres veces más contaminado de media que el de la calle. O, peor aún, que la habitación del bebé (atiborrada de juguetes, chupetes y sonajeros) es cinco veces más tóxica. Por no hablar del problema que arrastran las fábricas.

El motivo lo explica Antonio León, CEO de un grupo que incluye entre sus actividades la creación de pinturas y morteros ecológicos, la sensorización de cualquier espacio residencial, laboral o industrial para determinar cuán nocivo es y el diseño de drones que limpian la atmósfera cual Conga de los cielos.

“La casa no está limpia sólo porque se barra el suelo, hay que saber qué calidad tenemos en nuestra burbuja de aire cotidiano. La pintura y los aislantes utilizados generalmente en la construcción son muy contaminantes; igual que los barnices y cualquier cosa que esté elaborada con plástico, incluida la ropa que usamos. Lo más grave es que sustancias como el formaldehído emiten [toxinas] continuamente”.

Escuelas, hospitales y en general edificios públicos son el principal cliente de Tales Tech. Una ventilación deficiente y las malas calidades convierten cualquier área cerrada en una bomba de relojería. Si alguien entra contagiado en un bar con una gripe o el covid, las posibilidades de que el virus se expanda son enormes.

“Hemos trabajado más el B2G (business to government) porque la pandemia ha priorizado que sea ahí donde haya más recursos”, dice León.

Las oficinas, los domicilios particulares y las fábricas son, sin embargo, objetivo prioritario para una compañía que monitoriza en Andalucía 120 edificios y cuenta con 60 clientes. “El dron (purificador del aire) se comercializará en el tercer trimestre de 2023 y habrá expansión hacia Andorra, Chile y Colombia, con un total de unos 4.000 edificios monitorizados”, adelanta el CEO. Este producto se unirá a los sensores ya operativos. Tales Tech espera facturar unos 30 millones en 2030.

En la estrategia de crecimiento de Tales Tech influye la vertiente industrial, de ahí que la compañía haya participado en el programa formativo Datafactory de la Junta de Andalucía. En su condición de fabricante de sensores colabora con Opentia, firma del sector TIC, con la misión de identificar gracias a tecnología big data patrones temporales en los que los componentes del aire y partículas en suspensión son nocivos para determinados perfiles sanitarios.

“Nuestra política de negocio está muy clara: crear espacios y edificios sostenibles como árboles. Luchamos por que los nuevos inmuebles sean saludables y energéticamente eficientes, pero hay un gigantesco parque de viviendas mal ejecutadas”, detalla Antonio León, cuya firma participa en el programa Minerva.

Un dispositivo de Tales Tech es capaz de detectar hasta 11 parámetros contaminantes, incluidos dióxido de carbono, amoníaco, partículas en suspensión, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles. Gracias al internet de las cosas y el big data, esta información permite elaborar un informe completo de calidad del aire y personalizar alertas. La compañía andaluza afirma que el IoT “se consolida como palanca de la transformación digital”. Su mercado es potencialmente infinito.

Dispositivo Tales Technology
Dispositivo Tales Tech

Respecto a la división más enfocada en la construcción, León describe así el proceso: “Somos sobre todo una asesoría. Nos sentamos con el promotor y la constructora y ponemos sobre la mesa los materiales que ofrecemos, insistiendo en que edificar con materiales nobles implica un coste muy similar a los de cualquier producto químico”.

“Los arquitectos están cada vez más abiertos a este cambio, pero el contratista suele saltarse estas prescripciones -continúa-. Tiene sus compromisos con este o aquel proveedor y al final es complicado entrar en el proyecto. Eliminemos la idea de hacer viviendas plastificadas y contaminantes. Cuando compras un coche, lo examinas al detalle. Si se trata de comprar un piso, miras la ubicación, pero nadie te informa de la eficiencia energética”.

En relación con las aplicaciones más masivas e industriales, el dron en ciernes jugará un papel crucial para Tales Tech.

“Nos fijamos en la Rumba, que estaba de moda en las navidades de 2019. Necesitamos dispositivos robóticos que trabajen para nosotros, para que cuando llegues a casa, la fábrica o la oficina todo esté limpio y salubre. Esto puede valer para limpiar las calles, con drones que van purificando el aire 24 horas al día y volviendo a sus zonas de recarga; para centros comerciales, para todo…”.

León recuerda que su experiencia profesional está muy vinculada al sector de la construcción. Para dar el salto hacia la sostenibilidad y la tecnología, el ingreso en el programa Minerva ha sido fundamental.

“El salto lo damos porque construir edificios ecológicos y eficientes está muy bien, pero exige planear una buena circulación del aire. Los niños en los coles necesitan muchas veces que se abran las ventanas para que el aire tenga una calidad aceptable. Se crean envolventes térmicas contaminantes que provocan enfermedades, porque el aire ni entra ni sale”, lamenta.

Con el desafío climático a la vuelta de la esquina, el máximo responsable de Tales Tech identifica la tarea más acuciante.

“Hay que descarbonizar la Tierra y dejar a nuestros hijos suficiente tecnología para adaptar las viviendas a zonas cada vez más áridas”.

Desde Sevilla, su empresa contribuye a este esfuerzo colectivo.

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