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La línea conquista el espacio (y puede que algo más)

El municipio gaditano negocia la creación de un hub tecnológico en el metaverso con Gibraltar gracias a la visión de Carlos Creus, CEO de WISeKey, y al ejemplo de Julián Fernández y los picosatélites de Fossa Systems.
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Fossa Systems, compañía que opera desde Madrid, comercializa picosatélites

Dos fichas se mueven a la vez en la inmensa partida de dominó que juega La Línea de la Concepción (Cádiz). No son fichas cualquiera, son ases, alfiles, tréboles de una baraja con potencial efecto multiplicador.

Por una parte, como si de un guión made in Hollywood se tratase, está Julián Fernández, veinteañero que construyó su primer satélite con piezas adquiridas on line y ensambladas con una sabiduría innata.

Por otra destaca Carlos Creus, emigrado a Suiza en su juventud de finales de los setenta, profundísimo conocedor del ecosistema startup y experto en inversiones estratégicas.

El primero es CEO de Fossa Systems, compañía que opera desde Madrid, comercializa picosatélites (satélites de menos de un kilogramo de masa) y está este año entre las 100 finalistas de South Summit; el segundo es CEO de WISeKey, firma helvética que cotiza en el Nasdaq e inyecta recursos en empresas de base tecnológica adquiriendo todo o parte del accionariado.

Ambos, Fernández y Creus, son de La Línea. Y ambos han hecho de la sinergia virtud. Fernández, el imberbe e impetuoso inventor, tenía un producto rompedor pero no sabía hacia dónde dirigirlo. Al conocerlo, Creus vio en él la singularidad que hizo a WISeKey invertir medio millón de euros en Fossa.

“Formo parte del jurado del Young Global Leaders del Foro Económico Mundial. Mark Zuckerberg participó en esta competición a una edad parecida a la de Julián. El criterio de evaluación no es ni el diploma universitario ni haber trabajado en una multinacional. El criterio es la visión de una persona que resuelve problemas, y Julián compró las piezas de su satélite en Amazon y muestra la misma energía que Elon Musk o Bill Gates, la energía del empresario que no ve el obstáculo sino la solución”, recuerda Creus.

El objetivo de Fossa es disponer de 80 picosatélites en órbita en 2024. Los seis primeros, ya operativos, se lanzaron desde Cabo Cañaveral con cohetes de SpaceX en enero de 2022 para suministrar servicios de conectividad IoT a un coste muy inferior al 5G en ámbitos como agricultura, industria y logística. Pronto surcarán el espacio otros siete gracias al acuerdo sellado con la estadounidense Momentus.

Con 18 profesionales en plantilla y una facturación acumulada de un millón de euros desde el debut en 2020, estos pequeños aparatos en órbita cuestan entre 100.000 y 200.000 euros, ofrecen conexión a 4-5 euros mensuales por dispositivo, tienen una vida útil de hasta tres años y al cumplir su ciclo traspasan la atmósfera a unos 27.000 kilómetros por hora y se desintegran sin dejar rastro.

Además de alquilar los servicios de los satélites propios de Fossa, las empresas también pueden comprarlos. En 2023, por ejemplo, la compañía aeroespacial del gaditano proyectará un aparato exclusivamente diseñado para la plataforma educativa latinoamericana Platzi.

Vicente Gonzalez (CTO) y Julian Fernandez (CEO)
Vicente Gonzalez (CTO) y Julian Fernandez (CEO)

“En realidad, fundé Fossa como asociación sin ánimo de lucro en 2018. Ni siquiera había empezado la carrera [ahora estudia Telecomunicaciones]. En esencia, lo que Fossa hace es optimizar procesos productivos”, explica.

“Nuestra tecnología permite, por ejemplo, saber en qué estado se halla un contenedor de transporte marítimo en mitad del océano, donde no hay 3G ni 4G, o si alguien ha intentado forzar la compuerta; monitorizar la frecuencia cardiaca del ganado para saber qué animales pueden caer enfermos; o averiguar si el hormigón de determinadas edificaciones puede corroerse”.

Creus es un francotirador de la oportunidad. Cansado de la imagen que los medios trasladan de La Línea, su apuesta va más allá de Fossa Systems. “En Gibraltar hay 60.000 empresas especializadas en bitcoin y blockchain. ¿Por qué no combinar el fintech británico y la tecnología europea para crear un hub a ambos lados de la frontera?”.

El proyecto La Línea-Gibraltar se desarrollará primeramente en el metaverso e integrará a empresas que aportan soluciones relacionadas con blockchain, NFT, criptografía, inteligencia artificial, internet de las cosas y satélites”, desliza el CEO de WISeKey. Los terrenos colindantes con el aeropuerto (tanto en un lado como en otro de la verja) podrían albergar el edificio que simboliza esta alianza.

Para La Línea, opina Creus, “el problema ha sido de retención de talento: hay gente de allí trabajando en la NASA. La nuestra es una solución evidente para que muchos linenses se queden gracias a la accesibilidad de la tecnología y a los nómadas digitales. La Línea es un sitio ideal por su calidad de vida. Hay que quitarle ya el estigma”.

En los últimos meses diversas compañías se han sumado a este hub en ciernes. Creus avanza una hoja de ruta que contempla atraer a mucho más tejido emprendedor, levantar esa “zona común de desarrollo” y conectar después ese centro con lugares como Ginebra, Los Ángeles y Singapur.

A esta estrategia se suma la visión geopolítica, muy presente en el pensamiento de Creus. “Europa afirma- necesita una puerta al espacio, no puede depender de chinos o americanos”. Es ahí donde startups andaluzas como Fossa juegan un papel pionero e inspirador. Nunca con tan pocos recursos pudo hacerse tanto.

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